Como los alfajores se pudrieron en la caja, decidí volver a escribir algo. A tirar algo más acá... pero me resulta difícil. La chispa de la inspiración no está, y la bujía me la escondieron...No es fácil. Parece, debería
serlo, pero no lo es.
Hurgar en la basura interna es difícil. No porque lo que encuentre me sorprenda, todos sabemos lo que tenemos adentro. No necesitas a un psicólogo que te muestre los traumas, si le
ponés un poquito de voluntad te vas a dar cuenta por tus propios medios de que estás lleno de mierda en tu interior. Y de miedos, que es bastante peor.
A mi hace mucho que un fantasma me persigue. Con sus tres brazos me cercena lentamente, con la constancia y la precisión de su velocidad angular, intermitente y voraz. De relativo no tiene un
carajo, a mi me da todos los días con una fuerza bárbara, y me descascara.
En la mañana, me veo en el espejo y no me reconozco. Razono el momento en el que el me cambió, yo sé que pega siempre con la misma frecuencia pero también sé que no con la misma fuerza. Ni con la misma rabia.
Encuentro en su blog a una amiga que hace tiempo no veo. Por Dios...
Nos vamos cayendo a pedazos, eso lo sabemos todo. Se nos escapa como arena entre las manos, esto es obvio. No se puede volver atrás en él. Es imposible saber qué nos va a traer si no es inmediatamente después de hacer la pregunta.
¡
Uy! ¡Cuanta
obviedad! ¡Hoy si que es basura esto!
¿
Sabés qué? Voy a compartir mi fantasma contigo... quizás empieces a ver los hachazos vos también...
El promedio de vida en
Uruguay, según la
OMS y promediando sexo, raza y estrato social, es de 75 años. Esto me deja exactamente...
Quedate mirando el contador. ¿Ves cómo se me va la vida? ¿Ves cómo se me escapa, ves que es arena entre los dedos?
¿Qué pasaría si consiguiera un contador que me dijera cuánto me queda de verdad?
¿Qué haría?
¿Dependerían de cuánto tiempo me quedara las decisiones que tomaría?
Probablemente. Esto también es obvio.
Si me quedaran sesenta años de vida tomaría el manual que me enseñaron en la escuela y lo aplicaría. Matrimonio, hijos,
laburo, jubilación, nietos, la mar en coche.
¡Alto!
Decime... ¿te tomaste el trabajo de averiguar que edad tengo?
Jajaja...
¿Y si me quedaran, que se yo... quince años? ¿Veinte días?
No quiero guiones de
Hollywood. No tengo un millón de dólares para darle a
Demi Moore. Ni me interesa.
Sabiendo que es imposible saber cuánto me queda, ¿qué hago?
¿Vos me lo
podés responder? ¿Sos tan
cra?
Si no sos tan
cra, ¿por qué
pensás que es obvio? Si no
pensas que es obvio, ¿vos que
hacés?
¿O a vos también te sigue el fantasma?
Una primera opción sería
jugarse a vivir el promedio de la
OMS. Esperar a que Dios nos disponga de una buena salud, y construirse una vida de a poquito. Aquellos que puedan, siendo jóvenes, se encerraran a estudiar muchas horas construyendo su carrera, su futuro.
Otra opción sería vivir pensando que en cualquier momento te pega la guadaña. Gozar de la vida y sacarle hasta la última gota, visitar amigos, comer y verbos similares. Esta elección es ridícula, a no ser que seas heredero de una fortuna que
amerite vivir al pedo. Además, ser trágico no es actuar de esta forma.
Si realmente sos negativo sobre tu futuro, no
pensás que te vas a morir. Hay cosas peores.
¿O dije otra
boludez más?
Podrías empezar a
laburar, a asegurarte una supervivencia, por si pasara algo, como sería quedar paralítico, o alguna otra cosa que te imposibilite deambular
bípedamente. Algo bastante probable si
andás en auto, bicicleta o cualquier cosa que tenga ruedas en
Uruguay.
A no ser que sea una silla de ruedas.
Me tengo que ir, ya no me queda más tiempo para dedicarle a algo que económicamente no me
reditúa. Si
tenés tiempo,
tirame alguna otra opción más en los comentarios.
Yo voy a seguir errando por la vida. Y
errándole.
Hoy la dedicatoria es a la empresa
CUTCSA, que se asegura con soberana puntualidad y destreza de que yo llegue a todas partes tarde, y de forma incómoda.